Desarrollo
biológico
Las
cuatro primeras semanas de vida marcan el período neonatal, un momento de
transición de la vida intrauterina cuando el feto depende totalmente de la
madre a una existencia independiente.
El
bebé al nacer tiene características distintivas, cabeza grande, ojos grandes
adormilados, nariz pequeña y mentón hendido (lo que hace más fácil amamantar) y
mejillas gordas.
La
cabeza del neonato es un cuarto de la longitud del cuerpo y puede ser larga y
deformada debido al amoldamiento que ha facilitado su paso a través de la
pelvis de su madre. Este amoldamiento temporal es posible debido a que los
huesos del cráneo del bebé no se han fusionado aún; no estarán completamente
unidos durante los 18 meses. Los lugares de la cabeza en donde los huesos no
han crecido juntos- puntos suaves o fontanela- están cubiertos por una membrana
fuerte. Debido a que el cartílago de la nariz del bebé es moldeable, el viaje a
través del canal deja la nariz luciendo aplastada por unos pocos días.
Crecimiento
del cuerpo
El
crecimiento físico es más rápido durante los 3 primeros años que durante el
resto de la vida. A medida que los niños pequeños crecen en tamaño, la forma
del cuerpo también cambia. El tamaño del resto del cuerpo se proporciona con el
de la cabeza, la que sigue el proceso en curso hasta alcanzar el tamaño de la
de un adulto. La mayoría de los niños se adelgazan durante los 3 primeros años;
el niño de 3 años es más delgado si se compara con el regordete y barrigón de
un año.
En
la mayoría de los bebés el primer diente aparece entre los 5 y 9 meses, y al
año tiene 6 u 8 dientes y a los 2 años y medio tiene 20.
Crecimiento
del cerebro
El
cerebro humano crece más rápido mientras el bebé está todavía en el vientre y
en los primeros meses de vida. En el feto en desarrollo, se forman un promedio
de 250.000 células cerebrales por minuto, a través de la división celular
(mitosis); así la mayoría de los cien mil millones de células en el cerebro
humano ya están presentes en el nacimiento.
El
cerebro, la columna vertebral y una red de nervios que llega a todas las partes
del cuerpo constituye el sistema nervioso. Este complejo sistema de
comunicación envía mensajes sensoriales desde todas las partes del cuerpo al
cerebro y regresa órdenes motrices de éste.
Inmediatamente
después del nacimiento hay un incremento en el crecimiento de las células
cerebrales. Las células formadas recientemente se clasifican por funciones, y
se dirigen a sus posiciones apropiadas bien sea en la capa superior del
cerebro, o en la capa inferior, o niveles subcorticales. En un recién nacido,
las estructuras subcorticales que regulan funciones biológicas como la
respiración y la digestión son las que estñan desarrolladas de manera más
completa; las células en ek córtex cerebral, que es donde se origina el
pensamiento y la solución de problemas, todavía no están bien conectadas. Las
conexiones entre las células en el córtex aumentan marcadamente a medida que el
bebé madura y hacen posible el funcionamiento motor e intelectual en niveles
más altos.
Conductas
reflejas
Los
seres humanos tienen un arsenal de reflejos, algunos de los cuales parecen
ofrecer protección e inclusive abarcan hasta la supervivencia misma.
Los
llamados reflejos primitivos, o reflejos de los recién nacidos, se encuentran
presentes en el momento del nacimiento o un poco después, y algunos se pueden
producir aun antes del nacimiento. En un bebé neurológicamente saludable, estos
reflejos desaparecen en diferentes épocas durante el primer año. La breve
aparición de estos reflejos primitivos indica el control subcortical del
sistema nervioso de un infante, ya que la maduración de la corteza cerebral
inhibe sus manifestaciones.
Los
reflejos primitivos son normales en los recién nacidos pero después de los
primeros meses es normal que se desvanezcan como señal de desarrollo
neurológico. Los reflejos primitivos se hallan controlados por la subcorteza;
su desaparición es prueba de que la corteza se está desarrollando
y
da como resultado el cambio de conducta refleja a conducta voluntaria. Ya que
hay un tiempo preestablecido para el desarrollo y la desaparición de los
reflejos primitivos, el desarrollo neurológico de un bebé, se puede evaluar al
observar qué reflejos se hallan presentes o ausentes.
Desarrollo
psicomotor
Hay
un orden definido para la adquisición de destrezas motrices y la habilidad de
moverse deliberada y acertadamente es progresiva. Las habilidades van de lo
simple a lo complejo. Primero, el niño alza objetos relativamente grandes con
toda su mano. Luego, gradúa el uso de pequeños movimientos como de pinza con su
pulgar y su índice para alzar objetos muy pequeños. Después de que ha logrado
control sobre movimientos separados de los brazos, manos, piernas y pies, será
capaz de coordinar todos estos movimientos para poder caminar.
La
habilidad para caminar y la precisión para agarrar son dos de las habilidades
motrices más distintivas de los humanos, ninguna de las cuales está presente en
el momento de nacer.
Control
de la cabeza
Al
nacer, el bebé puede voltear la cabeza de lado a lado cuando está acostado
hacia arriba y, cuando está boca abajo, puede levantar la cabeza lo suficiente
como para voltearla. Primero domina el elevar la cabeza mientras que está boca
abajo; luego mantiene su cabeza derecha cuando se le sostiene, y después
levanta la cabeza cuando está boca arriba. Durante sus primeros 2 ó 3 meses
continúa elevando la cabeza más alto y, alrededor de los 4 meses, puede
mantenerla derecha cuando se le ayuda ocuando se lo mantiene sentado.
Control
de las manos
Aproximadamente
a los 3 meses y medio, el bebé puede agarrar un objeto de tamaño no muy grande,
aunque todavía tiene dificultad para agarrar cualquier cosa que sea mucho más
pequeña. Alrededor de los 7 meses, las manos están lo suficientemente
coordinadas como para poder alzar un guisante de la bandeja de su silla de
comer, haciendo uso solamente de un movimiento como de pinza . A los 14 meses
puede construir una torre de dos cubos; alrededor de los dos años pude agarrar
una taza y beber de ella, y su lateralidad ya se halla bien establecida;
aproximadamente 3 meses antes de su tercer cumpleaños, puede copiar un círculo,
bastante bien.
Locomoción
A
los 3 meses, después de un cuarto de año como prisionero de la gravedad, el
bebé empieza a rodar sobre sí mismo a propósito, primero de su estómago a la
espalda y más tarde de la espalda al estómago. Los bebés aprenden a sentarse ya
sea levantándose por sí mismos, ya sea cuando están acostados o dejándose caer
cuando están de pie.
El
bebé promedio puede sentarse sin apoyo entre los 5 y 6 meses y puede adoptar
una posición de sentado sin ninguna ayuda, dos meses más tarde. Alrededor de
los 6 meses aproximadamente, empiezan a moverse por todas partes en forma muy
variada y bajo su propia cuenta y riesgo. Se mueven sobre el estómago, empujan
el cuerpo con los brazos y arrastran con dificultad los pies detrás de ellos. A
veces, sentados, corren rápidamente, empujándose hacia delante con los pies y
las manos. La mayoría de los bebés ya se desenvuelven por todas partes con
bastante propiedad alrededor de los 9 ó10 meses.
Alrededor
de los 10 meses, después de unos 4 meses de práctica parándose con el apoyo de
cualquier objeto, puede soltarse y pararse solo. Alrededor de dos semanas antes
del primer cumpleaños, se pone de pie correctamente, por sí mismo.
Desarrollo
del conocimiento experiencial del mundo
Cuando
el niño recién nacido agarra algo, esta acción es un acto reflejo. Es una
respuesta ante un estímulo. Las manos del bebé se desarrollan durante los 2
primeros años de vida, a los 3 meses de edad, el niño ya empieza a adquirir
hábitos o habituación a agarrar instrumentos, utensilios...
Se
establecen conexiones en el cerebro para poder realizar movimientos con las
manos, este es el primer paso.
El
segundo paso, es establecer una relación con el medio. El niño puede percibir
un objeto, pero no puede alcanzarlo. Cuando logra alcanzar algún objeto que
quería, se da cuenta que todos sus esfuerzos no son en vano, y repite la acción
continuadamente.
Cuando
consiga coordinar el alargamiento del brazo y la mano, conseguirá agarrar
aquellos objetos que quiera, con más precisión. La boca, las manos, son las
primeras acciones que se desarrollan en la corteza cerebral ( conexiones
cerebrales).
El
bebé es capaz de reconocer un objeto que haya tenido en la boca sin haberlo
visto antes. Un bebé sabe que su madre está en casa aunque no se encuentre en
la habitación Permanencia de los objetos.
El
niño puede agarrar un objeto en movimiento, pero se encuentra con un problema,
el niño no puede soltar el objeto, tiene que esperar a que se suelte por sí
solo. Al cabo de un tiempo, el niño es capaz de agarrar y soltar los objetos.
A
los dos años de edad, el niño ya puede tener la habilidad de abrir y cerrar las
puertas. Lo más dificultoso es vestirse y desvestirse, limpieza de dientes.
La
percepción de la profundidad es innata o aprendida muy temprano. Sin embargo,
la habilidad para percibir la profundidad no indica un temor a las alturas. El
sentido del peligro no se desarrolla sino más tarde y está relacionado con la
habilidad de los niños para moverse por sí solos.
super padre esta informacion!
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