miércoles, 21 de noviembre de 2012

Infancia



 Desarrollo biológico

Las cuatro primeras semanas de vida marcan el período neonatal, un momento de transición de la vida intrauterina cuando el feto depende totalmente de la madre a una existencia independiente.
El bebé al nacer tiene características distintivas, cabeza grande, ojos grandes adormilados, nariz pequeña y mentón hendido (lo que hace más fácil amamantar) y mejillas gordas.

La cabeza del neonato es un cuarto de la longitud del cuerpo y puede ser larga y deformada debido al amoldamiento que ha facilitado su paso a través de la pelvis de su madre. Este amoldamiento temporal es posible debido a que los huesos del cráneo del bebé no se han fusionado aún; no estarán completamente unidos durante los 18 meses. Los lugares de la cabeza en donde los huesos no han crecido juntos- puntos suaves o fontanela- están cubiertos por una membrana fuerte. Debido a que el cartílago de la nariz del bebé es moldeable, el viaje a través del canal deja la nariz luciendo aplastada por unos pocos días.

Crecimiento del cuerpo

El crecimiento físico es más rápido durante los 3 primeros años que durante el resto de la vida. A medida que los niños pequeños crecen en tamaño, la forma del cuerpo también cambia. El tamaño del resto del cuerpo se proporciona con el de la cabeza, la que sigue el proceso en curso hasta alcanzar el tamaño de la de un adulto. La mayoría de los niños se adelgazan durante los 3 primeros años; el niño de 3 años es más delgado si se compara con el regordete y barrigón de un año.
En la mayoría de los bebés el primer diente aparece entre los 5 y 9 meses, y al año tiene 6 u 8 dientes y a los 2 años y medio tiene 20.

Crecimiento del cerebro

El cerebro humano crece más rápido mientras el bebé está todavía en el vientre y en los primeros meses de vida. En el feto en desarrollo, se forman un promedio de 250.000 células cerebrales por minuto, a través de la división celular (mitosis); así la mayoría de los cien mil millones de células en el cerebro humano ya están presentes en el nacimiento.

El cerebro, la columna vertebral y una red de nervios que llega a todas las partes del cuerpo constituye el sistema nervioso. Este complejo sistema de comunicación envía mensajes sensoriales desde todas las partes del cuerpo al cerebro y regresa órdenes motrices de éste.

Inmediatamente después del nacimiento hay un incremento en el crecimiento de las células cerebrales. Las células formadas recientemente se clasifican por funciones, y se dirigen a sus posiciones apropiadas bien sea en la capa superior del cerebro, o en la capa inferior, o niveles subcorticales. En un recién nacido, las estructuras subcorticales que regulan funciones biológicas como la respiración y la digestión son las que estñan desarrolladas de manera más completa; las células en ek córtex cerebral, que es donde se origina el pensamiento y la solución de problemas, todavía no están bien conectadas. Las conexiones entre las células en el córtex aumentan marcadamente a medida que el bebé madura y hacen posible el funcionamiento motor e intelectual en niveles más altos.

Conductas reflejas

Los seres humanos tienen un arsenal de reflejos, algunos de los cuales parecen ofrecer protección e inclusive abarcan hasta la supervivencia misma.
Los llamados reflejos primitivos, o reflejos de los recién nacidos, se encuentran presentes en el momento del nacimiento o un poco después, y algunos se pueden producir aun antes del nacimiento. En un bebé neurológicamente saludable, estos reflejos desaparecen en diferentes épocas durante el primer año. La breve aparición de estos reflejos primitivos indica el control subcortical del sistema nervioso de un infante, ya que la maduración de la corteza cerebral inhibe sus manifestaciones.
Los reflejos primitivos son normales en los recién nacidos pero después de los primeros meses es normal que se desvanezcan como señal de desarrollo neurológico. Los reflejos primitivos se hallan controlados por la subcorteza; su desaparición es prueba de que la corteza se está desarrollando
y da como resultado el cambio de conducta refleja a conducta voluntaria. Ya que hay un tiempo preestablecido para el desarrollo y la desaparición de los reflejos primitivos, el desarrollo neurológico de un bebé, se puede evaluar al observar qué reflejos se hallan presentes o ausentes.

Desarrollo psicomotor

Hay un orden definido para la adquisición de destrezas motrices y la habilidad de moverse deliberada y acertadamente es progresiva. Las habilidades van de lo simple a lo complejo. Primero, el niño alza objetos relativamente grandes con toda su mano. Luego, gradúa el uso de pequeños movimientos como de pinza con su pulgar y su índice para alzar objetos muy pequeños. Después de que ha logrado control sobre movimientos separados de los brazos, manos, piernas y pies, será capaz de coordinar todos estos movimientos para poder caminar.
La habilidad para caminar y la precisión para agarrar son dos de las habilidades motrices más distintivas de los humanos, ninguna de las cuales está presente en el momento de nacer.

Control de la cabeza

Al nacer, el bebé puede voltear la cabeza de lado a lado cuando está acostado hacia arriba y, cuando está boca abajo, puede levantar la cabeza lo suficiente como para voltearla. Primero domina el elevar la cabeza mientras que está boca abajo; luego mantiene su cabeza derecha cuando se le sostiene, y después levanta la cabeza cuando está boca arriba. Durante sus primeros 2 ó 3 meses continúa elevando la cabeza más alto y, alrededor de los 4 meses, puede mantenerla derecha cuando se le ayuda ocuando se lo mantiene sentado.

Control de las manos

Aproximadamente a los 3 meses y medio, el bebé puede agarrar un objeto de tamaño no muy grande, aunque todavía tiene dificultad para agarrar cualquier cosa que sea mucho más pequeña. Alrededor de los 7 meses, las manos están lo suficientemente coordinadas como para poder alzar un guisante de la bandeja de su silla de comer, haciendo uso solamente de un movimiento como de pinza . A los 14 meses puede construir una torre de dos cubos; alrededor de los dos años pude agarrar una taza y beber de ella, y su lateralidad ya se halla bien establecida; aproximadamente 3 meses antes de su tercer cumpleaños, puede copiar un círculo, bastante bien.

Locomoción

A los 3 meses, después de un cuarto de año como prisionero de la gravedad, el bebé empieza a rodar sobre sí mismo a propósito, primero de su estómago a la espalda y más tarde de la espalda al estómago. Los bebés aprenden a sentarse ya sea levantándose por sí mismos, ya sea cuando están acostados o dejándose caer cuando están de pie.
El bebé promedio puede sentarse sin apoyo entre los 5 y 6 meses y puede adoptar una posición de sentado sin ninguna ayuda, dos meses más tarde. Alrededor de los 6 meses aproximadamente, empiezan a moverse por todas partes en forma muy variada y bajo su propia cuenta y riesgo. Se mueven sobre el estómago, empujan el cuerpo con los brazos y arrastran con dificultad los pies detrás de ellos. A veces, sentados, corren rápidamente, empujándose hacia delante con los pies y las manos. La mayoría de los bebés ya se desenvuelven por todas partes con bastante propiedad alrededor de los 9 ó10 meses.
Alrededor de los 10 meses, después de unos 4 meses de práctica parándose con el apoyo de cualquier objeto, puede soltarse y pararse solo. Alrededor de dos semanas antes del primer cumpleaños, se pone de pie correctamente, por sí mismo.

Desarrollo del conocimiento experiencial del mundo

Cuando el niño recién nacido agarra algo, esta acción es un acto reflejo. Es una respuesta ante un estímulo. Las manos del bebé se desarrollan durante los 2 primeros años de vida, a los 3 meses de edad, el niño ya empieza a adquirir hábitos o habituación a agarrar instrumentos, utensilios...
Se establecen conexiones en el cerebro para poder realizar movimientos con las manos, este es el primer paso.
El segundo paso, es establecer una relación con el medio. El niño puede percibir un objeto, pero no puede alcanzarlo. Cuando logra alcanzar algún objeto que quería, se da cuenta que todos sus esfuerzos no son en vano, y repite la acción continuadamente.
Cuando consiga coordinar el alargamiento del brazo y la mano, conseguirá agarrar aquellos objetos que quiera, con más precisión. La boca, las manos, son las primeras acciones que se desarrollan en la corteza cerebral ( conexiones cerebrales).
El bebé es capaz de reconocer un objeto que haya tenido en la boca sin haberlo visto antes. Un bebé sabe que su madre está en casa aunque no se encuentre en la habitación Permanencia de los objetos.
El niño puede agarrar un objeto en movimiento, pero se encuentra con un problema, el niño no puede soltar el objeto, tiene que esperar a que se suelte por sí solo. Al cabo de un tiempo, el niño es capaz de agarrar y soltar los objetos.
A los dos años de edad, el niño ya puede tener la habilidad de abrir y cerrar las puertas. Lo más dificultoso es vestirse y desvestirse, limpieza de dientes.
La percepción de la profundidad es innata o aprendida muy temprano. Sin embargo, la habilidad para percibir la profundidad no indica un temor a las alturas. El sentido del peligro no se desarrolla sino más tarde y está relacionado con la habilidad de los niños para moverse por sí solos.

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